Jornada y experiencia gratificante resultó saber que los niños y niñas de nuestra Institución desde cortas edades tienen modelos a seguir y demuestran su admiración por personas, profesionales, profesiones, oficios. etc. existentes en la Sociedad.
Proyectan su ilusión e inclinación a emular a estos profesionales cuando ellos sean grandes; ven sin mayor análisis la importancia de un bombero, médico, maestro, deportista, etc., y quizá su percepción sea genuina y manifieste lo que en realidad debe ser un verdadero, eficiente, incorruptible, honesto y honrado servidor.
Los adultos estamos en la obligación de guiarles, apoyarles en sus vocaciones, tal vez cuando sean jóvenes cambien de inclinación pero otros seguirán persistiendo en su afán de servicio; ya que al preguntarles por qué desean ser arquitectos, estilistas, veterinarios, chefs, etc., jamás mencionan «para tener dinero y poder» sino, para ayudar a los demás. Explicarles la valía de todas las profesiones es fundamental y que el hombre comprometido le enaltece a la profesión y no al revés.
La vocación es algo tan genuino, tan nuestro, es la esperanza de poner en juego sus capacidades, voluntades, experiencias y fe, para el bienestar común; esa es nuestra idea y esperamos ver a los presentes y futuros de la patria felices por alcanzar sus metas.